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Ahimsa es vida

sábado, 5 de marzo de 2016

¿PODEMOS CAMBIAR EL MUNDO?,¡SÍ, TODOS JUNTOS, PODEMOS!.

¡NADA SE PUEDE CAMBIAR SI NO SE CAMBIA NADA!

Hago una llamada a la sensibilidad de todos los seres humanos para que reflexionemos y pongamos nuestro grano de arena para cambiar el mundo. Entre todos podemos cambiar este caos por un mundo de tolerancia, de abundancia cultural, religiosa, económica y social, si cambiamos de forma de pensar, de actitud, si estamos en la acción positiva en lugar de reacción negativa; con respeto y tolerancia se puede cambiar el mundo y mejorar nuestra forma de vida. Soy consciente de que necesitamos coordinación, estrategias, soluciones, ganas y fuerzas y así encontraremos los resultados deseados,  mi divisa:
º
DESEO = ACCIÓN = RESULTADO

¿Qué necesitamos para cambiar el mundo?, parece una obra inmensa, descomunal, una responsabilidad abrumadora... y lo es, pero siempre con respecto a nosotros mismos, si no cambiamos nosotros todo seguirá igual.

¿Cómo podemos cambiar?, lo primero es buscar la paz en nuestro interior, hacer emerger y desarrollar los valores que hemos olvidado: honor, lealtad, honestidad, integridad, fuerza, dignidad, coraje, sabiduría..., sin valores llevamos una vida vacía aunque estemos rodeados de gente y de pertenencias materiales. Estos valores que han sido cantados a través novelas de caballerías como D. Quijote han quedado relegados al olvido.

Es primordial que tomemos consciencia de que realmente queremos cambiar, buscar la paz, la serenidad, el equilibrio y así podremos ser responsables de nosotros mismos, de nuestras acciones y ayudar según nuestras posibilidades al mundo.

En estos momentos el mundo nos ofrece un cuadro claroscuro bastante deprimente, miremos hacia donde miremos tenemos y vemos las mismas sombras, cada vez más oscuras que se ciernen sobre nosotros: corrupción, problemas sociales inhumanos, injusticia, intolerancia, violencia, miserias paupérrimas, la contaminación del planeta es alarmante, guerras y matanzas con sus terribles consecuencias, nuestro futuro que son los niños y jóvenes no tienen muchas alternativas ni expectativas, las armas son cada vez más sofisticadas matando a mayor número de personas, creando desolación, muerte y sufrimiento... enfermedades cada vez más raras, tanto físicas como mentales, la agresividad va en aumento... nuestro cuadro es más oscuro que claro.

Para cambiar este cuadro es vital que tomemos consciencia de que nuestros pensamientos, palabras y acciones crean vibraciones que se propagan y vuelven hacia nosotros, su centro, de ahí la importancia de cambiar los pensamientos negativos por pensamientos positivos. La vida pasa para no volver, excepto, en nuestros pensamientos quedando solo el recuerdo tanto del placer, de las realizaciones como de las penas. Cada día escribimos y olvidamos una página de nuestra historia, pero llegado el momento los recuerdos vuelven y el libro de nuestra historia toma vida. Cuando llegue ese momento, de recordar nuestra vida, que sea un momento de gloria, de realizaciones, de haber hecho lo correcto y lo máximo en nuestra existencia tanto en nuestro pequeño universo como haber ayudado a construir un mundo mejor a nuestro alrededor.

No todos podemos estar en la palestra de la vida pública, política, financiera, religiosa, profesional, social... y tomar grandes decisiones que tengan que ser acatadas por todos, pero cada persona forma parte del eslabón de la humanidad y todos contribuimos en bien o en mal porque tenemos un papel que desempeñar en nuestra vida y somos responsables de nuestro cielo o infierno.

Estamos rodeados  de una espesa niebla fría y húmeda que no nos permite ver más allá de nuestra nariz y muchas veces olvidamos que hay un sol que ilumina y calienta. Tenemos que tener confianza y coraje para atravesar dicha niebla y ver el sol. Esta niebla son necesidades materiales superfluas, irresponsabilidades, violencia, injusticia, repulsa... son vidas vacías porque se han alimentado de energías negativas contrarias al amor y a la paz y sienten una gran insatisfacción tanto física como espiritualmente; estas personas están sumidas en su propio pozo oscuro sin ver que hay una escalera de luz por la que pueden subir. Esas energías que nosotros mismos nos imponemos inconscientemente son las que nos separan de nuestra paz interior.

Cambiar al mundo no significa que tengamos una varita mágica y mañana todos los problemas se han solucionado, tampoco sería una solución ya que no aprenderíamos y volveríamos a caer una y otra vez en la misma situación. Para aprender debemos ser conscientes de lo que nos pasa. Nos hemos olvidado de reír, de intercambiar sonrisas, palabras agradables, miradas alegres y serenas, solo por el hecho de sonreír. Si nos acostumbramos a sonreír nos sentiremos más alegres y estaremos preparados para buscar y encontrar la paz interior y así ayudarnos y ayudar a los demás.

Los políticos, financieros, religiosos, ya no pueden hacer lo que quieran, aunque hay muchos países que aún no respetan los derechos humanos, pero si unimos nuestras fuerzas y seguimos luchando cada cual a su manera, en acciones positivas, podemos llegar a cambiar las cosas. Para poder cambiar el mundo tenemos que conocer los problemas existentes y buscar soluciones, nosotros a pequeña escala no podemos tomar grandes decisiones pero sí podemos no permitir más ultrajes y denunciar los abusos a través de periódicos, juzgados, redes sociales... que ahora son una herramienta muy importante ya que si no, esas personas seguirán actuando a su guisa, sin respeto ni justicia .

Uno de los problemas que urge para poder cambiar el futuro son los niños, jóvenes a los que debemos guiar, preparar, educar, proteger para afrontar el escenario que les dejaremos en herencia. Deben estar preparados para respetarse así mismos y a los demás, deben prepararse para buscar soluciones y no rupturas, deben prepararse para no utilizar la venganza sino el perdón, deben prepararse para la tolerancia, la paz, el desarrollo, la libertad y la justicia. Tienen que aceptar que todos somos iguales, que no hay diferencias entre los seres humanos y por lo tanto hay que respetar el espacio, la cultura, la ideología de cada uno.

Solo siendo una sola HUMANIDAD podemos llegar a cambiar el mundo, es decir a cambiar de forma de pensar, de forma de actuar estando en la acción positiva y no en la reacción. Hay que aprender a ser sinceros en nuestro lenguaje y acciones, hay que comprender el significado de la dificultad para aprender y lograr la creatividad, la confianza, la seguridad y despertar el niño interior que todos llevamos dentro para que nos haga ver la vida de diferente color.

Hay que osar soñar y volar y estar convencidos de que todos juntos podemos cambiar el mundo con acciones positivas, serenas estando en armonía, en la energía del AMOR que es la que todo puede crear porque nos da fuerza, imaginación, creatividad y saca lo mejor de cada persona.




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